Mastitis: causas, prevención y soluciones
En la lactancia materna es frecuente oir hablar de mastitis, uno de los problemas que más sufren las mujeres durante esta etapa de la vida y causante, en muchas ocasiones, de que la madre tenga que dejar de amamantar a su bebé antes de lo deseado.
¿Qué es la Mastitis?
La mastitis es una inflamación del pecho que puede ir o no, acompañada de infección. Puede ocurrir en cualquier momento de la lactancia aunque la mayoría de los casos se producen en las 12 primeras semanas de la lactancia.
Esta infección del tejido mamario ocasiona inflamación, dolor, calor y enrojecimiento de la mama. También puede provocar fiebre y escalofríos. Aunque es una afección típica de la lactancia materna, puede suceder en ocasiones afecte a mujeres que no amamantan.
Tipos de Mastitis
Las mastitis se clasifican principalmente en infecciosas o no infecciosas.
Mastitis no infecciosas
Se producen por un insuficiente vaciado del pecho y causan inflamación y dolor. El pecho o una parte del pecho, puede estar hinchado, endurecido o enrojecido. Además, debido a la inflamación se abren los espacios intercelulares dando lugar a que tanto sodio y cloro lleguen en más cantidad a la leche materna, cambiando su sabor al hacerla más salada.
Este tipo de mastitis se resuelve fácilmente con un vaciado del pecho y en el caso de que haya dolor, se puede administrar algún analgésico.
[Tweet «Muchos bebés rechazan la leche de los pechos con mastitis debido a su sabor salado»]
Mastitis infecciosas
En este caso, la causa de la inflamación es un proceso infeccioso de origen bacteriano que puede dar lugar a síntomas muy variados. En este grupo también encontramos varias clasificaciones:
· Mastitis Agudas
Se trata de la mastitis clásica de toda la vida. Causan inflamación local con dolor y enrojecimiento. También, cansancio, dolor muscular, escalofríos, malestar general e incluso fiebre. Este tipo de mastitis representa entre el 10%-15% de los casos. Es de fácil diagnóstico y se trata con antiinflamatorios y antibióticos si es necesario.
· Mastitis subagudas
Son las más frecuentes y a pesar de ello, las menos diagnosticadas. Causa dolor, inflamación local pero sin enrojecimiento, pinchazos o escozor en el pecho, cansancio y normalmente sin fiebre. En ocasiones, este tipo de mastitis, no muestra signos visibles lo que dificulta su detección y diagnóstico.
Causas frecuentes de la mastitis
Durante la lactancia, la leche materna puede quedar atrapada en la mama. Ésta es la principal causa de la mastitis. No obstante, existen otras causas:
Conducto galactóforo obstruido
Cuando se amamanta, si una mama no se vacía por completo, uno de los conductos galactóforos puede quedar obstruido dando lugar a que la leche retroceda causando una infección en el seno.
Bacterias
Las bacterias que se encuentran en la boca del bebé y en la superficie de la piel pueden penetrar en los conductos galactóforos a través de una pequeña grieta o lesión en el pezón. Esta leche si no se vacía puede crear un caldo de cultivo para las bacteria dando lugar a una mastitis.
Mastitis: factores de riesgo
Existen ciertos factores de riesgo que pueden hacer a una persona más propensa a sufrir mastitis.
- Amamantamiento durante las primeras semanas posteriores al parto.
- Pezones agrietados o lastimados. Hay que tener en cuenta de que también puede aparecer sin que haya lesión en el pezón.
- Lactancia en una sola posición ya que puede impedir el vaciamiento completo de la mama.
- Uso de sujetadores ajustados u otras prendas que puedan ejercer presión en el pecho limitando el flujo de leche.
- Cansancio o estrés excesivo.
- Episodios de mastitis anteriores durante la lactancia.
- Una alimentación deficiente.
¿Cómo actuar en caso de mastitis infecciosa?
- Para tratar de una forma correcta la mastitis es necesario realizar un cultivo de leche en el que se pueda constatar si hay o no infección bacteriana y aplicar el tratamiento más adecuado para la madre.
- El vaciado frecuente y completo del pecho puede ayudar a prevenir, mejorar y resolver una mastitis. Lo mejor es que este vaciado lo haga el bebé pero sino es posible, se puede extraer la leche con un extractor.
- En el caso de grietas o heridas en el pezón se puede recurrir a los aireadores del pezón que evitan cualquier roce con el pecho.
- Consumir probióticos o alimentos fermentados ayudan a mejorar el problema.
- No se recomienda utilizar la propia leche para tratar las grietas del pezón ya que de esta forma lo que haremos, es extender la infección.
Cómo prevenir la mastitis
- Dar el pecho a demanda, sin horarios y sin alargar las tomas.
- Asegurarse de que el bebé tenga un buen agarre al pecho.
- No ofrecer otros alimentos antes de los 6 meses.
- Vaciar el pecho por completo en cada toma.
- No usar sujetadores ni otras prendas apretadas o que puedan obstruir el pecho.
- No utilizar la propia leche para curar las heridas del pezón.
Complicaciones de la mastitis
Si la mastitis no recibe el tratamiento adecuado y sobre todo, cuando se debe a la obstrucción de un conducto, se puede acumular pus en la mama y dormar un bulto, dureza o engrosamiento (absceso). En este caso, se requeriría un drenaje quirúrgico por lo que lo mejor para evitarlo es consultar con el médico ante el menor síntoma o signo de mastitis.