Bronquiolitis en niños: síntomas y tratamiento

Bronquiolitis en niños: síntomas y tratamiento

La bronquiolitis es una enfermedad pulmonar frecuente que afecta mayoritariamente a niños y niñas menores de 2 años, especialmente a los bebés menores de 6 meses.  Tiene lugar cuando se produce una obstrucción inflamatoria en las vías respiratorias pequeñas (bronquiolos).

 

¿Qué es la bronquiolitis y qué la causa?

La bronquiolitis es una infección pulmonar que causa inflamación y congestión en las vías respiratorias pequeñas, concretamente en los bronquiolos de los pulmones. Por lo general, la causa de la bronquiolitis suelen ser diferentes virus que hacen que las vías respiratorias se inflamen y generen un exceso de moco por lo que en consecuencia, la respiración se dificulta. De entre todos los virus que pueden causar esta infección, el más frecuente es el Virus Respiratorio Sincitial (VRS).

Normalmente, el pico de bronquiolitis se presenta durante los meses de invierno. Muchos de los niños afectados por el virus VRS durante su primer año de vida sólo presentan síntomas de un catarro leve.

 

 

¿A quién afecta la bronquiolitis?

Como decíamos, la bronquiolitis es principalmente una enfermedad pulmonar infantil. Se estima que al año entre un 10%-30% de los niños menores de 1 año tienen bronquiolitis, afectando más a bebés entre 2-6 meses de edad.

La mayoría de bronquiolitis son leves y se curan con facilidad en el hogar. Tan sólo entre el 7%-14% de niños afectados acaban siendo hospitalizados por la gravedad de los síntomas.

 

 

Síntomas de la bronquiolitis

Los síntomas de la bronquiolitis son similares a los de un catarro:

  • Estornudos
  • Fiebre leve en algunos casos
  • Tos
  • Moqueo
  • Congestión nasal
  • Dificultad para respirar
  • Silibancias, pitidos
  • Irritabilidad en la garganta
  • Tiraje de los músculos respiratorios
  • Aumento de la frecuencia respiratoria
  • Cianosis (principalmente en los labios)
  • Pausas de apnea

 

bronquiolitis síntomas

 

En su inicio la bronquiolitis suele empezar como un catarro leve con tos, estornudos y aumento del moco. En algunos casos puede aparecer fiebre, congestión nasal y disminución del apetito.

Transcurridas las primeras 24h-48 horas desde el inicio de los primeros síntomas, puede aparecer dificultad para respirar. La respiración del niño es más rápida y se pueden apreciar sibilancias y pitidos. También puede aparecer una tos muy persistente.

En algunos bebés muy pequeños se pueden incluso apreciar pausas cortas (15 segundos) en la respiración en el inicio de la infección.

El periodo de incubación de la bronquiolitis puede ser entre unos días y una semana, dependiendo del virus causante de la infección. Normalmente la infección dura entre 7-12 días, aunque la tos puede persistir muchos más.

 

 

¿Cómo se contagia?

El contagio se produce principalmente por el contacto con objetos contaminados con el virus en los que quedan gotas de saliva o restos de mucosidad, como chupetes, juguetes…

Otra vía de contacto es mediante la tos o los estornudos de una persona infectada cerca de una sana. Los bebés que van a la guardería tienen un mayor riesgo de contraer la infección.

 

 

Bronquiolitis: Factores de Riesgo

Ciertos factores pueden hacer que la infección se agrave o que su afectación sea mayor, como:

  • Edad: niños menores de 6 meses
  • Bebés prematuros
  • Bebés que no han recibido lactancia materna
  • Enfermedades pulmonares o cardíacas previas
  • Síndromes malformativos
  • Fíbrosis quística
  • Personas con inmunodeficiencias (sistema inmunológico debilitado)
  • Exposición al humo del tabaco
  • Contacto frecuente con muchos niños (guarderías, colegios…)

 

 

Complicaciones de la bronquiolitis

Aunque en principio la bronquiolitis no causa grandes complicaciones, muchos afectados pueden presentar sibilancias durante meses e incluso años con los catarros u otras infecciones respiratorias.

Otras sobreinfecciones de otros virus o bacterias también pueden causar complicaciones, aunque no es habitual.

Las complicaciones más graves pueden incluir:

  • Cianosis (piel o labios que se vuelven azules por la falta de oxígeno)
  • Niveles bajos de oxígeno o insuficiencia respiratoria
  • Pausas en la respiraciónb (apnea)
  • Deshidratación

En estos casos puede ser necesaria la hospitalización del paciente.

 

Tratamiento de la bronquiolitis

El objetivo del tratamiento de la bronquiolitis es aliviar los síntomas así como mantener una correcta oxigenación e hidratación.

El tratamiento es sintomático y en la mayoría de casos puede tratarse en casa con ciertas medidas. Se recomienda evitar ambientes muy cargados, humo de cigarrillos, contaminación ambiental y aglomeraciones.

Para mantener una buena hidratación es necesario administrar líquidos y dar de comer al niño en pequeñas cantidades y frecuentemente.

En algunos casos se puede recurrir a la administración de oxígeno o de algún fármaco que permita mejorar la apertura de las vías respiratorias.

 

Otras medidas que pueden ayudar a aliviar los síntomas son:

  • Lavados de fosas nasales con suero fisiológico para aliviar la obstrucción (sobre todo antes de comer y de dormir)
  • Aspirar la mucosidad

 

Aunque no existe una vacuna para la causa más frecuente de la bronquiolitis (Rinovirus y VRS), se recomienda la vacuna contra la influenza todos los años para todos los niños menores de 6 meses.

En el caso de bebés con un alto riesgo de infección por VRS (prematuros, afecciones cardiorespiratorias o sistema inmune debilitado), el médico puede administrar palivizumab para disminuir infecciones.

 

 

Tratamientos ineficaces

En ningún caso se recomienda la automedicación y menos cuando son niños los afectados. La mayoría de fármacos probados para la bronquiolitis no han demostrado mejorar los síntomas, ni acortar la duración de la enfermedad.

En algunos casos, el pediatra puede prescribir algún tratamiento inhalado (aerosoles). Los jarabes para la tos, mucolíticos y expectorantes nasales no han demostrado tener utilidad por lo que se recomienda evitarlos.

La administración de antibióticos no resulta útil ya que recordemos que esta infección está causada por un virus y no una bacteria. En ocasiones, puede aparecer una infección bacteriana como complicación de la bronquiolitis. Ante estos casos, será el pediatra quien prescriba un antibiótico.

 

 

Prevención de la bronquiolitis

Se puede disminuir la posibilidad de contagio con sencillas medidas como:

  • Lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes y después de tocar al niño o alguno de los objetos que utiliza.
  • Limpiar y desinfectar bien las superficies y objetos.
  • Evitar el contacto con el niño en caso de resfriado, catarro…
  • Cubrirse la boca al toser o estornudar.
  • Evitar también lugares concurridos, especialmente aquellos donde haya muchos niños (guarderías, parques infantiles…)
  • Se debe evitar la exposición al humo del tabaco.
  • Es recomendable la lactancia materna ya que protege más a los niños frente a numerosas infecciones como la bronquiolitis.

 

 

 

 

 

Fuentes: Asociación Española de Pediatría

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