Mitos sobre el resfriado y la gripe

Mitos sobre el resfriado y la gripe

Ya tenemos aquí los meses fríos donde muchos virus empiezan a hacer de las suyas y los falsos mitos sobre el resfriado y la gripe también. Si en estos momentos tienes malestar general, cansancio, tos, dolor de cabeza, irritación de garganta y moqueo, seguramente hayas cogido un resfriado.

¿Cómo y cuándo me he contagiado? ¿Qué debo tomar? ¿Puedo salir a la calle? Existen muchos mitos en torno al resfriado y a la gripe. Las creencias populares atribuyen al frío el origen de los resfriados y también recomiendan beber mucho líquido, tomar vitamina C, antigripales, suplementos de miel o equinácea… Pero ¿Qué hay de cierto en todo esto? Para resolver dudas, en este artículo queremos hablaros de los mitos extendidos sobre estas enfermedades invernales.

 

El resfriado y la gripe se contagian por el frío

Se trata de un mito muy extendido. El frío no es el culpable del contagio de gripes y resfriados. Ambas son enfermedades infecciosas provocadas por un virus y como ya sabemos, los virus entran en nuestro organismo por contagio que puede tener lugar en cualquier época del año, incluso en los meses más calurosos.

Lo que sucede es que en los meses fríos contraer un resfriado o una gripe es mucho más probable que en verano. Esto se debe a que ante las bajas temperaturas y los índices de humedad descienden.

Aunque nos de la sensación de que en invierno hay más humedad, esto no es así. Cuando las temperaturas descienden de los 5º, la humedad se sitúa por debajo de un 20%, siendo mucho más probable que el virus se mantenga en el ambiente.

En consecuencia, cuando hay menos humedad, las partículas que transportan los virus son más ligeras y permanecen más tiempo en el aire. Por este motivo nos contagiamos más.

Por el contrario, cuando la humedad es superior a un 80% es muy poco probable que cojamos un resfriado o una gripe. Con lo que el frío no es el culpable de propiciar contagios, sino más bien la humedad ambiental.

 

Mitos sobre el resfriado

 

No salgas a la calle sin abrigarte y con el pelo mojado

Sí que es cierto que en los meses fríos hay que abrigarse más para evitar enfermedades respiratorias infeciosas, pero no porque las bajas temperaturas nos vayan a ocasionar un resfriado o una gripe.

Como hemos comentado en el punto anterior, el frío no nos va a provocar un resfriado, pero el salir a la calle sin abrigo o con el pelo mojado, sí que contribuye a disminuir nuestros niveles de defensas.

Cuando salimos a la calle en los días fríos de invierno los vasos sanguíneos de la nariz y de la garganta se contraen. En consecuencia, se distribuyen menos glóbulos blancos que son los responsables de protegernos, , haciéndonos más vulnerables ante los contagios.

 

Un resfriado puede acabar convirtiéndose en una gripe

Aunque tanto resfriados como gripes son enfermedades infecciosas, no las provoca el mismo virus, sino que hablamos de virus diferentes.

Ambas son enfermedades que suelen confundirse debido a que sus síntomas son muy similares pero en el caso de la gripe los síntomas son más severos. En el caso del resfriado no suele haber complicaciones, mientras que cuando se trata de una gripe este riesgo es mucho más alto y muchas personas requieren acudir a un hospital.

 

La gripe es como un resfriado, no es tan grave

Cuando estamos ante una gripe no podemos bajar la guardia. La gripe mata a cada año entre 250.000 y 500.000 personas en el mundo. Este último año, las muertes por gripe producidas ya superan las previsiones del Ministerio de Salud.

Por lo tanto, ante la menor sospecha de estar contrayendo una gripe es fundamental acudir al médico y sobre todo, en aquellas personas con más riesgo como enfermos crónicos o personas mayores, es recomendable la vacunación contra la gripe.

 

Si cojo un resfriado o una gripe es porque tengo las defensas bajas

Esto puede suceder pero no es así necesariamente. Cualquier persona adulta sana y con un sistema inmunológico fortalecido puede contagiarse perfectamente.

Se estima que se pueden producir en adultos sanos, entre dos y cuatro resfriados al año y los niños pueden incluso duplicar esta cifra.

 

Los antibióticos sirven para tratar resfriados y gripes

Para nada. Mucha gente cree erróneamente que los antibióticos contribuyen a curarse antes. Los antibióticos son efectivos para tratar procesos infecciosos producidos por bacterias, pero no contra los virus. Por lo tanto, en este caso no nos van a hacer ningún efecto.

Además, debemos evitarlos a toda costa si no son extrictamente necesarios ya que sus efectos adversos y la resistencia a los antibióticos, debido a su uso indiscriminado, provoca que las bacterias se hagan resistentes, siendo esto en la actualidad un problema de salud mundial.

 

La vacuna de la gripe provoca la gripe

La vacuna de la gripe, no transmite la gripe a pesar de la difusión que ha tenido este mito. Como toda vacuna, la vacuna de la gripe provoca unos síntomas tras ser administrada como molestias, enrojecimiento, sensibilidad, hinchazón e la zona de la punción, dolor de cabeza, fiebre moderada y dolor muscular. Aún así, esto no es una gripe sino los efectos de la vacuna que además son transitorios y de poca duración.

 

[Tweet «Para resfriarse solo se debe cumplir un requisito: exponerse al virus que lo causa»]

 

La vacuna de la gripe protege también del resfriado

Mentira. La vacuna de la gripe protege frente a los virus causantes de la gripe, los virus influenza, pero no se puede evitar un resfriado con esta vacuna ya que está causado por un virus diferente.

 

Para bajar la fiebre hay que comer poco

Todo lo contrario. La fiebre es un mecanismo de defensa que se produce cuando nuestro organismo está intentando acabar con virus o bacterias, como es el caso de los virus del resfriado y la gripe.

Cuando tenemos fiebre hay que beber más líquidos y comer. Con ello conseguimos mantener unos buenos niveles de hidratación, rehidratarnos y un nivel calórico normal para reforzar nuestro sistema inmunológico.

 

Si tienes mucosidad, no consumas productos lácteos

Otra falsa creencia es pensar que los productos lácteos producen más flemas, sobre todo muy extendida en aquellas personas que padecen asma.

No existe ninguna relación entre la mucosidad, las flemas y los productos lácteos. Las únicas personas que no deben consumir productos lácteos son aquellas con intolerancias a la lactosa u otras alergias alimentarias.

 

Al toser hay que taparse la boca con las manos

Nunca, siempre y cuando lo podamos evitar. Taparnos la boca con las manos al toser propicia el contagio de otras personas al darle la mano, al abrir una puerta o al tocar cualquier objeto.

Cuando tosemos hay que taparse con un pañuelo de papel y si no lo tenemos con el brazo. Si lo haces con las manos es necesario lavarlas inmediatamente con agua o jabón, o con alguna solución desinfectante como los geles hidroalcohólicos para evitar la propagación del virus.

 

La vitamina C previene y cura el resfriado

Falso. La vitamina C ni previene resfriados, ni los cura. El resfriado común no tiene cura, los tratamientos que podemos aplicar son simplemente para reducir los molestos síntomas.

Lo que hace la vitamina C es proporcionar a nuestro organismo numerosas propiedades protectoras, reforzando nuestras defensas para que estas puedan combatir el resfriado de una forma más rápida y eficaz.

 

Los vahos alivian los síntomas del resfriado

Los vahos son efectivos en el caso de que tengamos congestión de las fosas nasales. Con ellos mejoramos la respiración pero no son efectivos para tratar otros síntomas del resfriado común o de la gripe.

 

Para combatir resfriados y gripes lo mejor es sudar

Nunca. No es recomendable abrigarse en exceso, ni tomar baños muy calientes. La recomendación adecuada es tomar baños de agua tibia para ayudar a refrescar el cuerpo y bajar la temperatura corporal en el caso de que haya fiebre.

La sudoración es el mecanismo de defensa que utiliza nuestro cuerpo para combatir el aumento de temperatura corporal. Por lo tanto, si estamos resfriado por mucho que queramos sudar, no conseguiremos nada.