¿Cuándo aplicar frío o calor en una lesión?

¿Cuándo aplicar frío o calor en una lesión?

¿Cuándo aplicar frío o calor? Esta es una duda común que surge con frecuencia ante una lesión. A veces oímos que es mejor aplicar frío, otras calor pero ¿Qué es más efectivo? Tanto la aplicación de frío como de calor son dos terapias efectivas para aliviar los dolores musculares o articulares. Utilizar una u otra depende de lo reciente que sea la lesión o si el malestar que ésta provoca es recurrente.

 

 

¿Cómo actúan frío y calor ante una lesión?

Ante una lesión se pueden presentar daños en tejidos, espasmos, edemas e inflamación que puede ir en aumento ante el estimulo de los receptores del dolor a nivel muscular y de la médula espinal, causando una mayor respuesta de la actividad motora.

Tanto aplicar frío como calor disminuye el dolor y el espasmo muscular pero actúan de diferente forma y en muchas ocasiones, sus efectos son opuestos.

El frío actúa como un relajante muscular a corto plazo, mientras que el calor lo hace a medio y largo plazo. Por ejemplo: si sufrimos un tirón muscular mientras practicamos deporte deberemos aplicar primero frío para reducir la inflamación pero horas después, lo mejor es aplicar calor que ofrecerá un efecto relajante más duradero. En cambio, si pasadas unas horas sigue habiendo inflamación, es mejor seguir aplicando frío.

 

 

[Tweet «¿Frío o Calor? El frío reduce el flujo de la sangre y el calor dilata los vasos sanguíneos.»]

 

 

 

¿Cuándo aplicar frío en una lesión?

El frío puede reducir el daño del tejido secundario y aliviar el dolor de la zona afectada al producir un aumento de la relajación, así como una disminución del flujo sanguíneo, de la inflamación y del edema.

Se debe aplicar justo después de haberse producido la lesión y durante las primeras 72 horas después de la lesión, ya que cuando se trata de una lesión reciente ayuda a evitar que la inflamación aumente.

 

[Tweet «Mediante el frío se alivia la sensación de dolor y se reduce la inflamación causada por el traumatismo.»]

 

La aplicación de frío se recomienda en golpes, caídas, torceduras, esguinces, tirones musculares, dolor de cabeza… A la hora de aplicar frío hay que tener en cuenta de que el frío altera la sensibilidad y puede provocar quemaduras, por lo que es importante no colocar hielo directamente sobre la piel.

 

infografía frío o calor

 

¿Cuándo no utilizar frío?

Se recomienda no aplicar frío en los siguientes casos:

  • Inmediatamente después de haber realizado una actividad física.
  • Si la zona afectada está adormecida.
  • Cuando el dolor o la inflamación afectan a un nervio.
  • Si se padece alguna enfermedad vascular, mala circulación, lesiones de los vasos sanguíneos, coágulos de sangre o el síndrome de Raynaud.
  • Cuando hay heridas abiertas o en cicatrización, piel estirada, ampollas o quemaduras recientes en la zona afectada.
  • Si se tiene hipersensibilidad al frío.

 

 

¿Cómo aplicar frío en una lesión?

El frío  lo podemos aplicar por diferentes métodos: bolsas de frío, baños de hielo, masaje con hielo… Se recomienda aplicarlo entre 2-3 veces al día mínimo pero se puede aplicar al menos una vez cada hora. La duración es de 20 a 30 minutos por cada aplicación que se haga.

Las bolsas de hielo son la mejor opción para tratar áreas más grandes de dolor como las rodillas, moratones, espalda, tendinitis en hombros, tensión muscular…

Hay que tener precaución con las bolsas de gel azul (bolsas de frío-calor) y no aplicarlas nunca directamente sobre la piel ya que son más frías que el agua congelada y pueden causar quemaduras y/o congelación.

Los baños de hielo son más adecuados para reducir la inflamación en las articulaciones periféricas como luxaciones de tobillo, de muñeca o periostitis severa.

Los masajes con hielo se utilizan para reducir la inflamación bien localizada como es en el caso de tendinitis de mano, muñeca o codo, bursitis del codo o talón, quistes en ganglios, apofisitis o irritación de la placa epifisaria.

 

frío o calor

 

¿Cuándo se aplica calor en una lesión?

El calor al dilatar los vasos sanguíneos, transporta sangre a la zona afectada y ésta a su vez, suministra los nutrientes que los tejidos necesitan para su curación. También incrementa la flexibilidad de los ligamentos, tendones y músculos.

Al dilatar los vasos sanguíneos se acelera el flujo facilitando la llegada de oxígeno y nutrientes que reducen la presión en las articulaciones aliviando también, el dolor muscular.

Por lo tanto, aplicaremos calor en el caso de presentar dolores musculares o articulares en los que no haya inflamación como por ejemplo ante dolores cervicales, lumbares, artrosis de rodilla…

En el caso de tener una lesión muscular causada por los esfuerzos que realizamos a diario, como son las contracturas musculares, lo mejor es aplicar calor desde el primer momento.

 

 

¿Cuándo no utilizar calor?

La aplicación de calor ante una lesión se debe evitar en los siguientes casos:

  • Tras finalizar una actividad física.
  • Si la zona afectada está adormecida.
  • En el caso de haber una herida abierta o quemadura.
  • Inmediatamente después de una lesión grave.
  • Si la temperatura corporal es elevada debido a un estado febril o a la fatiga producida por el calor.

 

termoterapia-frio o calor
Las lámparas infrarrojas emiten un calor seco que dilata los vasos sanguíneos y permite un mayor y mejor flujo circulatorio por las áreas lesionadas.

 

¿Cómo aplicar calor en una lesión?

El calor hemos visto que aumenta la circulación y la actividad metabólica mejorando el rendimiento de los tejidos suaves, aliviando el dolor y los espasmos.

Con la aplicación de calor, debemos tener precaución porque puede aumentar la inflamación y la hinchazón, y por otro lado, utilizarlo demasiado tiempo o a temperaturas muy elevadas puede provocar quemaduras.

El calor podemos aplicarlo mediante bolsas de gel (frío-calor), baños calientes, mantas eléctricas o piscina hidromasaje caliente, y al igual que el frío, se debe aplicar mínimo 2-3 veces al día y no se debe aplicar más de 20 minutos.

 

 

¿Frío o calor? A tener en cuenta.

  • El uso de calor o frío de forma temporal puede reducir la rigidez y el dolor en la artritis.
  • En algunas personas el calor funciona mejor, mientras que en otras funciona mejor el frío.
  • El frío ayuda a reducir la inflamación e hinchazón, aliviando los espasmos musculares.
  • Para algunas personas resulta mejor combinar frío y calor. En este caso es mejor realizar ciclos sumergiendo primero la zona en agua caliente y luego en agua fría.
  • Ya se aplique frío o calor nunca se debe pasar de 20 minutos en su aplicación.
  • Nunca se deben aplicar estas terapias directamente sobre la piel.
  • No se debenutilizar pomadas de mentol con el calor porque puede causar quemaduras.