Cistitis: síntomas, causas y tratamiento

Cistitis: síntomas, causas y tratamiento

La cistitis es una infección de la vejiga o de las vías urinarias inferiores. En la mayoría de los casos el organismo puede deshacerse de estas bacterias mediante la orina. Sin embargo, estas bacterias pueden multiplicarse muy rápido y también adherirse a la pared de la uretra o de la vejiga.

¿Qué es la cistitis?

La cistitis es una inflamación de la vejiga causada por una infección bacteriana. Se la conoce popularmente como «infección urinaria».

La bacteria Escherichia coli (E.coli) es la causante de la mayoría de infecciones urinarias, alrededor del 80%.

Esta bacteria tiene su hábitat natural en el intestino, forma parte de la flora intestinal y contribuye en la absorción de nutrientes. Sin embargo, algunas cepas desarrollan la capacidad de producir infecciones fuera del aparato digestivo como la cistitis.

Se trata de una infección que puede ser molesta y dolorosa provocada por la invasión de microorganismos en el tracto urinario. Aunque no revista mayor gravedad es importante mantenerla controlada ya que puede llegar a alcanzar a los riñones causando un problema de salud grave.

La cistitis puede producirse por dos vías:

  • Por el extremo inferior de las vías urinarias (causa más frecuente)
  • A través del flujo sanguíneo, en cuyo caso la infección afecta directamente a los riñones.

 

Las infecciones urinarias engloban diferentes enfermedades infecciosas causadas por un microorganismo o germen y pueden afectar a cualquier parte del sistema urinario como los riñones, uréteres, vejiga o uretra.

De todas estas infecciones las más habituales son las producidas por bacterias, aunque también pueden presentarse a causa de algún virus, hongo o parásito.

 

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Causas de la cistitis y personas propensas

La cistitis está causada por microbios, por lo general por bacterias. Estas bacterias alcanzan la uretra y luego la vejiga causando la infección que se desarrolla normalmente en la vejiga pudiendo diseminarse en los riñones.

Las causas de la cistitis pueden ser de diferente origen. Cualquier anormalidad que cause una obstrucción del flujo de orina como por ejemplo las piedras en el riñón, pueden inducir a una infección urinaria.

Por ello, ciertas personas son más propensas a la hora de padecer una cistitis. Por ejemplo:

  • Las personas con una próstata dilatada tienen mayor riesgo de infección.
  • Personas sometidas a exámenes médicos mediante tubos o catéteres.
  • Las personas mayores se ven afectados con mayor frecuencia.
  • Aquellas que sufren una disminución del sistema nervioso que les impide controlar la vejiga (pérdidas de orina, incontinencia intestinal).
  • Personas que padezcan una supresión del sistema inmune.
  • Diabetes
  • Embarazo

 

La cistitis también puede aparecer como una reacción a determinados medicamentos, a la radioterapia o a irritantes potenciales como los aerosoles o geles espermicidas utilizados en la higiene íntima. También puede aparecer como consecuencia de alguna enfermedad.

 

La cistitis son la segunda causa de las infecciones atendidas en Atención Primaria, después de las respiratorias.

 

 

Las mujeres tienden a contraer más infecciones urinarias que los hombres. Esto se debe a que su uretra es más corta y está más cercana al ano. También son más propensas a contraer una cistitis después de mantener relaciones sexuales o al usar un diafragma. Para más INRI, con la menopausia también aumenta el riesgo de una infección urinaria.

En verano se aprecia un aumento considerable de los casos de cistitis debido a la sudoración y los baños en piscinas y playas que favorecen la humedad de la zona genital, facilitando la proliferación de las bacterias.

En la mayoría de los casos, el propio organismo puede deshacerse de estas bacterias por medio de la orina aunque si se adhieren a la pared de la uretra o de la vejiga. o si se multiplican, pueden acarrear complicaciones serias.

 

 

Síntomas de la cistitis o infección de orina

La cistitis puede variar dependiendo de la zona en la que se presente la infección. Los síntomas más comunes de la cistitis o infección de orina son:

  • Necesidad urgente y frecuente de orinar
  • Picazón o quemazón en la uretra al orinar
  • En las mujeres enrojecimiento de la vulva y picor vaginal
  • Dolor al orinar y al mantener relaciones sexuales
  • Color turbio, lechoso o anormal de la orina
  • Aparición de sangre en la orina
  • Fiebre y escalofríos que puede ser un indicativo de que la infección ha alcanzado a los riñones.
  • Vómitos y náuseas
  • Dolor en el costado o en la espalda (indica infección en los riñones)
  • Ligera presión en el hueso púbico en las mujeres
  • Dilatación del recto en el caso de los hombres
  • Irratibilidad

En el caso de los niños la cistitis se puede confundir con otra enfermedad. Esto sucede sobre todo con los más pequeños que no saben expresar sus síntomas. No obstante, para salir de dudas podemos observar además de los síntomas mencionades, si vemos algún indicio de los siguientes:

  • Irratibilidad
  • No comer como de costumbre
  • Fiebre sin motivo aparente
  • No poder aguantar la orina
  • Alteraciones en el desarrollo

 

cistitis

 

 

Cistitis con sangre

La presencia de sangre en la orina, conocida como hematura, hace que la orina adopte una coloración rosada, roja o marrón según la cantidad de sangre presente.

Cuando se sufre una cistitis, es posible que aparezcan células sanguíneas en la orina. Es poco frecuente en el caso de la cistitis bacteriana típica, pero en cambio lo es más en la cistitis causada por quimioterapia o radiación.

No obstante, ante este síntoma se debe consultar siempre al médico ya que puede ser un síntoma de diferentes enfermedades (enfermedades renales, infección de próstata, cálculos en el tracto urinario, cáncer…) y además, el hecho de tener sangre en la orina, si existe una cantidad suficiente, puede acabar formando un coágulo que puede bloquear por completo el flujo de la orina.

 

 

Complicaciones de la cistitis

Cuando aparece la cistitis es importante hacer un seguimiento y control correcto del tratamiento para confirmar la infección y evitar complicaciones.

En el caso de que las bacterias causantes de la infección alcancen otros órganos pueden surgir problemas de salud serios. Si alcanzaran los riñones podrían causar una pielitis o pielonefritis. Por otro lado, también pueden aparecer dolores de espalda en la zona de los riñones. En los casos más graves puede darse un fallo renal grave. Otra consecuencia negativa de una infección de orina puede ser una septicemia.

 

 

La mitad de las mujeres sufrirá al menos una cistitis en su vida

 

La cistitis, aunque sea recurrente, no suele dar grandes complicaciones. Sin embargo, cuando se reproduce de forma continuada y afecta a toda la pared de la vejiga, con el tiempo los tejidos pueden verse dañados, morir (necrosis) y calcificarse. Si la enfermedad sigue avanzando la vejiga puede contraerse y reducirse siendo necesario, en casos muy graves, eliminarla quirúrgicamente y evacuar la orina de forma artificial.

En cuanto a las mujeres embarazadas, en el caso de detectarse la infección, deberán ser evaluadas por su médico para determinar el tratamiento más adecuado. Por otro lado, durante el embarazo los elevados niveles de progesterona aumentan el riesgo de que se reduzca el tono muscular de los uréteres y de la vejiga, lo que causa un mayor riesgo de reflujo ascendente de la orina a los riñones y por lo tanto, el desarrollo de una infección renal. Las mujeres diabéticas también tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones.

 

 

La cistitis en hombres

En el caso de los varones jóvenes las infecciones urinarias son poco frecuentes y cuando aparecen suelen tener relación con la actividad sexual. En los hombres mayores de 50 años, la causa más frecuente de la cistitis es una infección bacteriana persistente en la próstata. Esto se debe a que este tipo de infecciones guardan una estrecha relación con el crecimiento prostático, con enfermedades de transmisión sexual o manipulaciones urológicas como las sondas.

Por lo tanto, las causas más frecuentes de la cistitis en hombres son:

  • Infección bacteriana de la próstata
  • Inflamación de la próstata
  • Agrandamiento de la próstata
  • Estrechamiento de la uretra

 

 

Diagnóstico y tratamiento de la cistitis

El tratamiento para combatir la cistitis y el resto de infecciones urinarias se basa en antibióticos, siempre y cuando estén causadas por bacterias. En el caso de que sea un virus el causante de la infección el tratamiento se realiza con antivirales.

Antes de establecer el tratamiento, el médico realizará las pruebas y análisis necesarios para determinar el origen y de que tipo de infección se trata.

Las pruebas más generales son:

  • Examen físico de la zona abdominal y pélvica.
  • Análisis de orina
  • Cultivos de orina, líquido vaginal o líquido uretral
  • Citoscopia
  • Ecografía abdominal
  • Urografía

En base a los resultados, el médico eligirá el tratamiento más efectivo. Entre los antibióticos más utilizados para combatir las infecciones urinarias se encuentran:

  • Trimetoprim
  • Amoxicilina
  • Ampicilina

Otros fármacos empleados son los denominados «quinolonas«, muy utilizados en el tratamiento de las infecciones urinarias como por ejemplo: la ofloxacina, ciprofloxacina y trovafloxina.

En pacientes con Clamidia o Micoplasma el tratamiento es más largo. Se suele realizar con tetraciclina o bien, mediante una combinación de trimetroprim y sulfametoxazol. Los pacientes con infección de riñón grave requieren hospitalización.

Para aliviar los síntomas como el dolor al orinar, la urgencia urinaria, espasmos… se utilizan diferentes medicamentos como la atropina y la fenazopiridina.

 

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Cuando el origen de la infección está en una obstrucción (piedra en el riñón) puede ser necesaria la cirugía para eliminarla.

Por otro lado, el médico recomendará beber grandes cantidades de agua para ayudar a limpiar el tracto urinario de bacterias. Si el paciente es fumador, se recomienda dejar de fumar ya que el tabaco es el principal causante del cáncer de vejiga. Tampoco se recomienda el consumo de café, alcohol y comidas  con especias mientras la infección esté presente.

 

 

Remedios caseros para la cistitis

El tratamiento de la cistitis requiere fármacos. No obstante, podemos tomar ciertas medidas preventivas o recurrir a ciertos remedios caseros para la cistitis para aliviar sus síntomas.

 

Arándano Rojo

Una de las mejores formas de prevenir la cistitis por E.coli la encontramos en el arándano rojo. Este fruto delicioso contiene proantocianidinas, que actúan evitando la adhesión de las bacterias sobre las células epiteliales de los conductos urinarios y la vejiga permitiendo su eliminación a través de la orina.

 

arándano rojo

 

Cola de Caballo

La cola de caballo es diurética por lo que estimula la expulsión de líquidos a través del sistema renal. Tres infusiones al día ayudarán a eliminar las bacterias causantes de la infección a través de la orina.

 

Compresas Calientes

Las compresas calientes en la parte inferior del abdomen ayudan a aliviar y minimizar la presión o dolor en la vejiga.

 

Hidratación

Bebe mucho líquido para mantenerte bien hidratado. Se deben evitar bebidas como el café, el alcohol, refrescos con cafeína y zumos cítricos, así como el uso de especias picantes en las comidas. Todos estos alimentos pueden irritar la vejiga y agravar los síntomas de la cistitis.

 

 

 

 

Fuentes: Centro de Información de la Cistitis https://cistitisderepeticion.com/

 

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