Las sales minerales esenciales y sus propiedades

Las sales minerales esenciales y sus propiedades

Los seres humanos no solo estamos compuestos de materia orgánica, también estamos formados, en una pequeña parte, de materia inorgánica, es decir, de sales minerales. 

¿Qué son las sales minerales esenciales y qué funciones tienen?

Todos los seres vivos estamos constituidos por el mismo tipo de sustancias a las que conocemos con el nombre de bioelementos. Los bioelementos se combinan formando moléculas presentes en los seres vivos y se clasifican en: biomoléculas orgánicas y biomoléculas inorgánicas.

Lo que diferencia entre unas y otras es que las biomoléculas orgánicas solo están presentes en los seres vivos, mientras que las inorgánicas además de encontrarse en los seres vivos, también se encuentran en la materia inerte.

Las sales minerales son biomoléculas inorgánicas que se encuentran en pequeñas cantidades en el organismo (entre el 1%-5%), y son esenciales para la vida ya que intervienen en diferentes procesos vitales para el funcionamiento del cuerpo humano como es el crecimiento, la formación de tejidos y la elaboración de hormonas.

Teniendo en cuenta lo dicho, las principales funciones desempeñadas por las sales minerales son:

 

sales minerales esenciales

 

Sales minerales clasificación

Según las necesidades del organismo, las sales minerales se clasifican de varias formas:

  • Macrominerales: incluyen el calcio, cloro, fósforo, potasio, sodio y magnesio. Nuestro cuerpo necesita una cantidad superior a los 100mg diarios.
  • Microminerales: también denominados oligominerales. Destacan el cobalto, cobre, zinc, flúor, hierro, manganeso, selenio y yodo. El aporte diario que necesitamos es inferior a 100mg diarios.

Por otro lado, encontramos también minerales contaminantes que se acumulan en el organismo produciendo toxicidad, como el mercurio, plomo, bario, litio, cadmio, estroncio, berilio, boro, rubidio, arsénico, aluminio, etc,

 

 

Sales minerales esenciales: funciones de cada una y fuentes alimentarias

La única forma de conseguir un buen aporte de minerales es a través de la dieta. Las fuentes alimentarias de sales minerales son muy variadas, las podemos encontrar tanto en alimentos de origen animal, como vegetal.

Con una alimentación variada es muy raro sufrir una carencia de sales minerales. Sin embargo, los enfermos crónicos, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, los niños y las personas mayores a menudo tienen alguna necesidad específica.

 

Potasio

El potasio es necesario para el corazón, los músculos, los nervios, la concentración, para el metabolismo, para el aporte energético y la retención de agua. También interviene en el mantenimiento de la presión osmótica en las células y en la activación de las enzimas.

Aquellas personas que durante un largo periodo de tiempo han estado tomando productos drenantes, cortisonas o laxantes, deberían tener controlados sus niveles de potasio.

Este mineral lo podemos encontrar en frutas, legumbres y cereales: ensaladas, frutos rojos, melón, champiñón, perejil, carne, pescado, huevos, pan integral y productos lácteos.

potasio plátano
El plátano es muy rico en potasio. Cada 100gr aporta 358mg de potasio

Calcio

El calcio dentro de las sales minerales, es el responsable de proporcionar solidez a los huesos y a los dientes. Por otro lado, se encarga de estabilizar todas las células de nuestro cuerpo y es de vital importancia para la transmisión de los impulsos de los músculos y de los nervios. También es importante para la coagulación, la regulación del ritmo cardíaco y de un buen sueño.

Las carencias de calcio son más frecuentes en la infancia y en la vejez. Esto se debe a que hasta el final de la pubertad, no tenemos el 90% de nuestra masa ósea, y a partir de los 40,  especialmente las mujeres a partir de la menopausia, la densidad ósea se reduce. Por ello, es importante durante la infancia asegurar los niveles necesarios de calcio diarios, y con la edad compensar la pérdida mediante la dieta o a través de suplementos nutricionales. 

El calcio lo podemos encontrar en numerosos productos lácteos como el queso, leche,  yogures, aguas minerales, espinacas, brócoli y col verde.

 

Cloruro

El cloruro es responsable de la formación de las transmisiones de los impulsos nerviosos, de la repartición de los líquidos y de la correcta presión osmótica de las células.

Este mineral proviene principalmente de la sal que consumimos. Por lo tanto, lo aportamos siempre que nos alimentamos ya que la sal se encuentra en prácticamente todos los alimentos que nos llevamos a la boca.

 

Sodio

El sodio junto con el cloruro, es necesario para el control de la presión osmótica de las células, para la regulación de los niveles de agua, para la estimulación y contracción muscular y nerviosa, así como para la activación de las enzimas.

Es muy raro ver una carencia de este mineral que podemos encontrar en la carne, pescado, productos lácteos y en todos aquellos productos que sean ricos en sal (pan, bollería, charcutería…)

 

Magnesio

El magnesio   es otra de las sales minerales esenciales que necesitamos para nuestro rendimiento y resistencia durante un esfuerzo físico o para cualquier actividad deportiva. También es fundamental para las personas que sufren estrés, para calmar la irritabilidad y la agresividad, para la formación y conservación de nuestro esqueleto, de las células, de los dientes y para el buen funcionamiento muscular y nervioso. Frena la coagulación, reduce los niveles de lípidos en sangre, activa a más de 300 enzimas, especialmente aquellas que son esenciales para el aporte energético.

Este mineral resulta útil para mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, para las personas mayores, deportistas, personas con problemas cardíacos, diabéticos, personas con carencias de vitamina B6, hipertensos, personas que sufren rampas nocturnas o que son consumidoras de alcohol.

La carencia de magnesio es muy habitual, muchas personas tienen carencia de este mineral sin saberlo. Los excesos de lactosa o de calcio son una de las principales causas que desembocan la carencia de magnesio.

Lo podemos encontrar en el trigo integral, verduras, hortalizas, leche de soja, chocolate, arroz integral, copos de avena, leche y en el agua mineral.

 

fuentes de magnesio sales minerales esenciales
Fuentes de Magnesio

 

Fósforo

El fósforo es la materia prima con la que se forman huesos y dientes. Es imprescindible para el metabolismo, la formación de membranas celulares, el equilibrio ácido base, para la transmisión de la energía y para el mantenimiento de la actividad nerviosa y cerebral.

Lo podemos encontrar en alimentos como la leche y el resto de productos lácteos, a excepción de los quesos no blandos, en la carne, charcutería, pescado y cereales.

 

Azufre

El azufre es necesario para el cabello, las uñas y el tejido conjuntivo. También desempeña otras funciones importantes como la desintoxicación del cuerpo y combatir las bacterias del organismo. Durante el crecimiento es importante el aporte de una cantidad suficiente de azufre.

Lo encontramos en proteínas vegetales y animales: brócoli, ajo, espárragos, coles, arándanos, carnes, huevos, pescado, marisco…

 

Hierro

El hierro es otra de las sales minerales fundamentales para los glóbulos rojos, el transporte y almacenamiento del oxígeno en sangre. Es un componente de un gran número de enzimas, necesario también para la concentración y el rendimiento.

Los niños, adolescentes y chicas adolescentes con menstruaciones abundantes deben controlar un aporte de hierro suficiente. También se recomienda una suplementación de hierro a mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.

El hígado y la carne roja son muy ricos en hierro. Los alimentos vegetales que contienen hierro son de más difícil asimilación por parte de nuestro organismo: trigo integral, salvado, guisantes, hinojo, hierbas aromáticas como el tomillo, la menta, la salvia, el perejil…

 

Yodo

El yodo es necesario para el desarrollo y equilibrio psíquico y cerebral, para el rendimiento, para la regulación de la temperatura corporal, para las hormonas tiroideas que entre otras funciones, dirigen la formación ósea, el desarrollo cerebral, el crecimiento y el metabolismo.

Las carencias de yodo provocan hipertrofia de la tiroides. Las personas jóvenes, las vegetarianas o veganas, mujeres embarazadas o que desean tener hijos y aquellas que no comen pescado deben procurar que su aporte de yodo a través de la dieta sea suficiente.

Lo podemos encontrar en el pescado marino, algas, carne, espinacas, leche, huevos, pan de centeno y en los copos de avena.

 

Alimentos ricos en yodo
Alimentos ricos en yodo

 

Selenio

El selenio forma parte de algunas enzimas, es un potente antioxidante que resulta muy útil contra los radicales libres. Un exceso de selenio puede provocar la caída del cabello, insuficiencia cardíaca y cirrosis.

Lo podemos encontrar en el pescado, la carne y los huevos. También en otros alimentos vegetales como las lentejas, espárragos, ajos, champiñones, sésamo, nueces… pero en este caso hay que tener en cuenta que la cantidad de selenio depende de la calidad de la tierra donde han sido cultivados.

 

Zinc

El zinc dentro de las sales minerales, juega un papel importante en el metabolismo, la formación de las bases hereditarias y de las diferentes hormonas, así como en el crecimiento celular. También es importante para las defensas del organismo, activa las células inmunitarias que luchan contra virus y bacterias. La piel, las uñas, el cabello, la virilidad, la concentración, el rendimiento cerabral, el olfato, el gusto, la vista y el oído necesitan zinc para funcionar.

Las carencias de zinc son frecuentes sobre todo en jóvenes en desarrollo, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, deportistas, personas mayores, vegetarianos, personas que consumen alcohol, diabéticos o personas con problemas intestinales.

Lo podemos encontrar en la carne roja, pescado, mariscos, legumbres, algunos quesos y productos a base de cerales.

 

 

Fuente: A. Vogel