Fiebre en niños, lo que debes tener en cuenta

Fiebre en niños, lo que debes tener en cuenta

La fiebre es un síndrome que acompaña a numerosas enfermedades. De hecho, la aparición de fiebre en niños es una de las mayores preocupaciones de los padres y de ahí que sea el principal motivo de consulta en el pediatra. 

¿Qué es la fiebre?

La fiebre es el aumento temporal en la temperatura del cuerpo en respuesta a alguna enfermedad o padecimiento. En sí misma no es una enfermedad, sino un síntoma que indica que los mecanismos de defensa de nuestro cuerpo están actuando contra los virus o bacterias que nos están causando el daño.

La temperatura corporal se mantiene constante y no se ve afectada por los cambios ambientales gracias a los mecanismos de regulación que tenemos en el hipotólamo, que afectan tanto a la producción como a la distribución del calor corporal.

En el origen de la fiebre podemos encontrar una gran variedad de agentes infecciosos, así como otras condiciones no infecciosas que puedan desencadenar una respuesta inflamatoria como el ciclo ovárico, enfermedades inmunológicas, enfermedades reumáticas  e incluso las comidas pueden influir, aunque estas últimas causas no son frecuentes en niños.

Nuestra temperatura oscila entre 36ºC y 37.4ºC. Dependiendo del lugar del cuerpo en el que se mida puede sufrir variaciones. Por ejemplo, si se mide en la axila suele ser de 36,2ºC, si se mide en la boca unos 36.8ºC y si se mide en el recto unos 37.2ºC.

Se habla de fiebre cuando la temperatura corporal es superior a:

  • Recto: 38ºC
  • Boca: 37.8ºC
  • Axilas: 37.4ºC
  • Temperaturas que alcanzan los 41ºC-42ºC son peligrosas para la vida ya que producen importantes cambios metabólicos.

 

 

fiebre en niños

 

 

Diferentes tipos de fiebre

En función del tiempo de evolución de la fiebre, podemos distinguir entre:

  • Fiebre de corta duración: está presente durante un periodo inferior a 2 semanas.
  • De duración media: se manifiesta durante 2-3 semanas.
  • Fiebre de larga duración: aquella cuya duración supera las 3 semanas.

 

Por otro lado, en función de la curva térmica, la fiebre puede ser:

  • Intermitente: cuando la temperatura desciende cada día a niveles normales.
  • Remitente: aquella en la que la temperatura desciende cada día, pero sin alcanzar valores normales en ningún momento.
  • Mantenida: cuando la temperatura muestra oscilaciones superiores a un grado a lo largo del día.
  • Recurrente: en la que aparecen alternancias entre periodos febriles y periodos de temperatura normal de duración variable.

 

[Tweet «Entre el 10%-20% de consultas al pediatra se deben por episodios agudos febriles»]

 

La fiebre en niños

Las principales causas de fiebre en niños suelen ser procesos infecciosos, vacunaciones, traumatismos, alteraciones inmunitarias, procesos inflamatorios, enfermedades endocrinas y alteraciones metabólicas.

A la hora de tomar la temperatura corporal a un niño, se recomienda hacerlo vía rectal ya que es la que más se aproxima a la temperatura central del organismo. Tanto la vía axilar, como la inguinal son más inexactas debido a que se puede ver influida por los cambios de la temperatura ambiental.

Para saber si hay fiebre en niños, además de la temperatura corporal, hay una serie de síntomas que nos pueden alertar:

  • El niño está apagado o irritable
  • Tiene sensación de frío, escalofríos.
  • Mejillas enrojecidas.
  • Ojos vidriosos.

Si observamos alguno de estos síntomas, convendría comprobar la temperatura corporal del niño con un termómetro, tomando la temperatura en el recto, en el caso de niños pequeños, y en la axila, en el caso de niños más mayores.

 

 

Lo que hay que tener en cuenta en caso de fiebre en niños

Como hemos mencionado, la fiebre no entraña riesgo en sí misma pero muchos padres se preocupan pensando que puede ser peligrosa y causar convulsiones u otros daños. De ahí, que sea causa frecuente de visita al pediatra y en muchos casos, se recurra a la automedicación provocando en consecuencia un uso indiscriminado de antitérmicos que no siempre son inocuos para el niño.

 

[Tweet «Un estado febril no es dañino ya que se tolera bien y carece de consecuencias a largo plazo»]

 

 

Por ello, cuando hay fiebre en niños, debemos tener claros los siguientes conceptos:

  • La fiebre es un mecanismo de defensa de nuestro organismo frente a infecciones que en la mayoría de casos son leves (otitis, faringitis, resfriados…).
  • La fiebre alta no indica una mayor gravedad de la enfermedad.
  • Por sí misma, no daña al cerebro, ni provoca ceguera, ni sordera, ni mucho menos la muerte.
  • Hay que tratar a los niños con fiebre solo cuando ésta viene acompañada de malestar general o dolor.
  • El paracetamol y el ibuprofeno tienen la misma eficacia en el tratamiento de la fiebre y del dolor y su dosificación siempre debe realizarse en función del peso del niño, nunca en función de la edad.
  • No se recomienda alternar ibuprofeno y paracetamol para tratar la fiebre.
  • Los antitérmicos no curan la causa de la fiebre, solo ayudan a que el niño se encuentre mejor.
  • Un niño con fiebre debe estar bien hidratado. Hay que darles líquidos con frecuencia, preferiblemente zumos naturales, batidos o papillas, que también aportan hidratos de carbono.
  • Evitar ambientes calurosos.
  • No es aconsejable abrigar demasiado al niño, ni desnudarlo. El uso de paños húmedos, friegas de alcohol, darle una ducha o un baño para bajar la fiebre está desaconsejado.
  • Si la vacunación es la causa de la fiebre se debe evitar el uso de paracetamol para prevenir las reacciones febriles.
  • Algunos niños tienen predisposición a tener convulsiones cuando tienen fiebre. Nunca se debe administrar ningún medicamento para bajar la fiebre con el propósito de evitar las convulsiones.
  • La fiebre no sirve para orientar sobre la gravedad de la infección y menos tras administrar algún antitérmico.
  • Es fundamental mantener bajo observación al niño.

 

 

Fiebre en niños: a tener en cuenta

 

 

Fiebre en niños ¿Cuándo acudir al pediatra?

Aunque la fiebre no supone ningún riesgo, se deben controlar los signos de empeoramiento y consultar urgentemente con el pediatra si el niño presenta:

  • Fiebre superior a 39ºC
  • Duración superior a dos días
  • Dificultad para respirar, si marca las costillas, si se hunde el esternón, si se aprecian silbidos al respirar o si el niño tiene una respiración muy rápida y agitada.
  • Si el niño está muy irritable o adormecido.
  • Si presenta rigidez en la nuca o dificultad para mover el cuello o mirar hacia arriba.
  • En el caso de presentar heces con sangre o de color negro.
  • Diarrea y/o vómitos persistentes o muy abundantes que causes deshidratación (lengua seca, ausencia de saliva, ojos hundidos…)
  • Si no orina o la orina es escasa.
  • Convulsiones o pérdida del conocimiento.
  • Manchas rojas o moradas en la piel que no desaparecen cuando estiramos la piel de alrededor.
  • Enfermedades anteriores como neoplasias, enfermedades autoinmunes, metabólicas, inmunodeficiencia, etc.
  • Si el niño no tiene el calendario de vacunas al día.
  • Si el niño ha realizado recientemente un viaje al extranjero.
  • Cuando un  niño tiene menos de 3 meses y hay fiebre, siempre hay que consultar al pediatra.

 

Fiebre en niños: Dalsy o Apiretal

 

Fiebre en niños: medicación

La fiebre en niños hay que tratarla solo cuando la fiebre viene acompañada de malestar general o dolor. La dosificación de paracetamol debe realizarse en función del peso del niño y nunca en función de su edad.

El paracetamol tiene un efecto analgésico y antipiréptico. Ofrece alivio sintomático a los dolores ocasionales leves o moderados (cefáleas, dolores dentales, musculares…) y también ayuda a que el niño se encuentre mejor en caso de fiebre.

  • Niños entre 19-24kg (5-7 años aprox): 250mg cada 8 horas
  • Entre 25-43kg (8-11 años aprox): 325mg cada 8 horas
  • Niños a partir de 44kg (+12 años): 500mg cada 8/ horas

 

Para saber más sobre los medicamentos antitérmicos para tratar la fiebre en niños, te ofrecemos más información aquí. También puedes consultar al decálogo de la fiebre de la Asociación Española de Pediatría.