Consecuencias del estrés laboral, insomnio e hipertensión

Consecuencias del estrés laboral, insomnio e hipertensión

Hoy en día podemos decir con certeza que las consecuencias del estrés laboral, insomnio e hipertensión pueden ser nefastas para la salud. La ciencia lo confirma, las personas que sufren estrés laboral e insomnio, y que además son hipertensas, aumentan considerablemente las probabilidades de muerte por enfermedad cardiovascular.

 

Estrés laboral, insomnio e hipertensión

El estrés laboral sumado a los problemas para dormir (insomnio) puede suponer un problema serio para la salud. No obstante, este riesgo puede verse aumentado todavía más si la persona además es hipertensa, patología frecuente en las personas que sufren estrés laboral. Una combinación que triplica por tres el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.

Cada vez disponemos de más evidencias científicas que confirman la importancia de dormir bien, tanto en horas de sueño como en la calidad del mismo.

La hipertensión arterial afecta casi al 75% de la población en todo el mundo. En España se estima que hay alrededor de un millón cien mil personas hipertensas, las cuales están en riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, un infarto de miocardio o desarrollar enfermedad renal.

Investigaciones anteriores en las que se examinaron los efectos combinados del estrés laboral y la falta de sueño en la muerte por enfermedad cardiovascular en personas hipertensas, ya demostraron que los factores psicosociales ocasionan un mayor efecto perjudicial en personas con riesgo cardiovascular que en personas que están sanas.

 

 

Los problemas con el sueño son comunes en personas que tienen trabajos estresantes

 

 

Los problemas con el sueño vienen cuando no se puede conciliar el sueño o cuando no se puede mantener como por ejemplo, cuando nos levantamos a las 4 de la mañana para ir al lavabo y volvemos a la cama dándole vueltas a la cabeza.

Esto supone un problema grave ya que el hecho de tener un trabajo estresante y dormir mal durante años puede llevarnos al cementerio antes de lo previsto.

La condición de sufrir estrés laboral, insomnio e hipertensión por separado ya es un factor de riesgo en sí misma. Estas tres patologías además están interrelacionadas entre ellas por lo que cada una de ellas aumenta el riesgo de la otra.

 

 

 

Hipertensión la epidemia del siglo XXI

La Organización Mundial de la Salud estima que hay 9.4 millones de muertes al año como consecuencia de la hipertensión.

La edad, el sexo y la genética son factores que incrementan el riesgo de sufrir problemas cardíacos. También influye el estilo de vida y los malos hábitos como el tabaco, el alcoho, el sedentarismo, el sobrepeso y los niveles de colesterol altos.

La hipertensión es un factor de riesgo para la salud cardiovascular importante. La presión de la sangre aumenta haciendo que el corazón tenga que hacer un mayor esfuerzo para bombear la sangre al resto del organismo.

Por ello, en el tratamiento de la hipertensión es importante realizar cambios en la dieta. También pueden ser necesaria la administración de medicamentos que suelen administrarse en bajas dosis al principio.

Si la hipertensión no es tratada adecuadamente pueden surgir complicaciones como arterioesclerosis, ataques cardíacos, aneurismas, problemas renales, ceguera e imputaciones.

 

 

La salud cardiovascular  y el estrés

Retomando la combinación de estrés laboral, insomnio e hipertensión, cuando aparece un caso de hipertensión en personas con estrés el primer paso es reducir dicho estrés.

El corazón, al realizar un trabajo extra en los músculos que lo rodean puede causar daños en las paredes de las arterias y como resultado, circula menos oxígeno hacia los órganos y el corazón sufre daños.

Por otro lado, un cuerpo estresado tiene una respiración más rápida, el ritmo cardíaco y la presión aumentan, el sistema digestivo trabaja con mayor lentitud, la capacidad inmune baja y los músculos se tensan. Y como no, el estrés repercute en la calidad del sueño.

Por ello, en estos casos, es conveniente incorporar técnicas de relajación en nuestro día a día, así como tener un buen descanso, hacer ejercicio y disminuir el consumo de productos procesados aumentando el consumo de frutas y verduras frescas.

 

 

Fuentes:

https://journals.sagepub.com/home/cpr

https://www.tum.de/

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